El Secretario General de la ONU, António Guterres, mostró su profunda preocupación este sábado por la dramática escalada de la violencia en Beirut, Líbano, que se ha intensificado en las últimas 24 horas. Esta situación se desencadenó tras los ataques aéreos israelíes en los suburbios del sur de la ciudad, que, según informan los medios, habrían resultado en la muerte del líder del grupo armado Hezbolá, Hassan Nasrallah.
La violencia entre las fuerzas israelíes y Hezbolá ha aumentado a lo largo de la línea de separación que patrulla la ONU en el sur del Líbano, conocida como la Línea Azul. Este conflicto se produce en el contexto de la guerra que se ha prolongado durante casi un año en Gaza, donde la situación humanitaria y de seguridad sigue siendo crítica. En un comunicado, el portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric, destacó la urgencia de detener el ciclo de violencia, instando a todas las partes a alejarse del «borde del abismo». Guterres enfatizó que ni el pueblo de Líbano ni el de Israel, y la región en general, pueden permitirse una guerra total. Ante esta grave situación, el Secretario General hizo un llamado a las partes involucradas para que se comprometan con la plena aplicación de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que busca poner fin a las hostilidades y establecer una zona desmilitarizada en el sur del Líbano.
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