Creo que el título lo dice todo. Estamos total y absolutamente enganchados a la miniserie Carpool Karaoke del polifacético presentador del programa Late Late Show, James Corden. Y lo estamos por varias razones, sin numerar, no hay primera ni segunda ni tercera, todas son igualmente valiosas e importantes.

No hay versión en castellano, solo unos poquitos capítulos se pueden encontrar subtitulados y, por supuesto, ninguno de ellos se ha visto en nuestras televisiones. Pero la barrera del idioma no es impedimento en absoluto para sentir el buen rollo que transmite y disfrutar con todos y cada uno de los trayectos.

Porque Carpool Karaoke es eso, un simple trayecto en coche en el que James Corden pide ayuda a un músico-artista-cantante- para que le guíe a través de las calles de la ciudad hasta su trabajo en el estudio de la CBS. Por el camino, charlan, escuchan música, hacen paradas para cosas de lo más inverosímil, desde una escapada a un parque de atracciones (con Selena Gómez), una prueba de traje de novia (con Iggy Azalea) e incluso algunos de sus copilotos traen invitados sorpresa. Carpool Karaoke con Adele
<iframe width=”600″ height=”338″ src=”https://www.youtube.com/embed/Nck6BZga7TQ” frameborder=”0″ allowfullscreen></iframe>
Una de las razones por las que nos encanta Carpool Karaoke de James Corden es que es un ejemplo, en estos tiempos de superproducciones multimillonarias en las que el presupues...