Las heladas montañas austríaca de Kitzbühel sintieron la potencia del equipo de Fórmula 1 Infiniti Red Bull Racing y nos sorprende que no se haya desatado una avalancha. Continuando con su tradición de conducir coches en lugares inverosímiles, los ingenieros ajustaron el motor para las bajas temperaturas y le instalaron a los cauchos cadenas hechas a la medida, y entonces se dirigieron a uno de los circuitos de esquí de descenso más famosos del mundo.

El RB7 fue trasladado hasta la cima de los Alpes suizos a través de un helicóptero y se resguardó en una zona de garaje para los vehículos de nieve, y allí se le realizó los últimos preparativos. Las llantas usadas fueron las Pirelli F1 para la lluvia.El piloto de Toro Rosso Max Verstappen fue el elegido para tomar el volante. ?Jamás he conducido un auto en la nieve, y ahora lo hago en un Fórmula 1?, indicó emocionado antes de subirse al auto.Bajo un sol brillante y en medio de una multitud de 3.500 personas, Verstappen apretó el acelerador. Los resultados fueron espectaculares y se pueden ver en el siguiente vídeo: ?La principal dificultad era lo que imaginé: la pista era muy resbaladiza?, dijo Verstappen luego del espectáculo. ?También el hecho de que me encontraba cerca de una pendiente y debía ser muy cuidadoso. No podía cometer ningún error. Los chicos (el equipo) hicieron un trabajo fantástico con el auto y eso me ayudó. Fue algo difícil y eso lo hizo más interesante?.
Ahora los fanáticos...