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Los Juegos Olímpicos de Río llegaron a su fin. Esperamos cuatro años para presenciar el máximo evento del deporte mundial, y todo terminó en un abrir y cerrar de ojos. Ahora es el turno de los Juegos Paralímpicos, que también merecen el mayor de los respetos.
Si te has preguntado qué ocurrirá con las hermosas y modernas instalaciones deportivas que sirvieron de escenario durante las Olimpíadas, debes saber que las autoridades de Río de Janeiro tienen un magnífico plan para el futuro de estas estructuras.
Por desgracia, no todas las ciudades anfitrionas de los Juegos Olímpicos han sido tan previsivas como la urbe carioca. Vemos, por ejemplo, el Estadio Nacional de Pekín, sede de las Olimpíadas del 2008, que consume una cantidad aproximada de $11 millones (?9.7 millones) cada año en labores de mantenimiento pese a permanecer vacío la mayor parte del tiempo. Lo mismo ocurrió con las sedes de los Juegos Olímpicos de Atenas en el 2004, que ahora perecen generar un sentimiento de arrepentimiento en la sociedad griega, ya que los $15 mil millones (?13.2 MM) invertidos en las estructuras deportivas pudieron haber sido destinados de mejor manera en un país sumido en crisis. Las instalaciones olímpicas de Atenas fueron abandonadas una vez culminados los juegos del 2004.
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Arquitectura nómada
Pero Río, decidida a dejar un legado más exitoso y sostenible, ha confiado en una estrategia que ha sido denominada po...