Con la llegada de Halloween, la tradición del «trick-or-treating» se mezcla con una sombría advertencia sobre la vigilancia en las calles. Más allá de las criaturas fantásticas y el miedo festivo, hay «monstruos» reales que acechan en nuestra vida cotidiana: tecnologías de vigilancia que amenazan la privacidad y la seguridad de las comunidades. A continuación, se presentan algunos de estos temibles adversarios que nos observan sin que nos demos cuenta.
Uno de los más inquietantes es el «Robador de Rostros». Esta figura, que parece un monstruo arácnido, puede capturar tu imagen con tan solo un vistazo. En un mundo donde el reconocimiento facial se ha vuelto común, las personas pueden verse atrapadas entre la confusión y el miedo, sin saber que su imagen es utilizada sin consentimiento, engrosando las filas de la vigilancia masiva. El «Monstruo de Tres Ojos» también acecha en las sombras. Este ser, que simboliza las cámaras corporales de los agentes de policía, se presenta como una solución para la transparencia, pero frecuentemente se convierte en una herramienta que vigila a las comunidades, dejando la decisión de grabar en manos de los mismos oficiales que pueden estar involucrados en conductas inapropiadas.
No se puede olvidar al «Espectro de Chatarra», un temible dron que supervisa a las comunidades más vulnerables. Esta amalgama de metal no solo observa, sino que también puede atacar, exponiendo a las personas a un peligro real y constante. E...