La madrugada de este lunes, mientras muchos dormían, Israel llevó a cabo intensos bombardeos en el centro de la Franja de Gaza, atacando el patio de un hospital que había sido utilizado como campamento para desplazados y una escuela convertida en refugio. Estos ataques han dejado un saldo devastador de al menos 25 muertos, así como decenas de quemados y heridos. Philippe Lazzarini, comisionado general de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos, describió la noche en esas áreas como «de horror».
La situación se tornó crítica cuando un ataque aéreo al hospital Al Aqsa en Deir al-Balah inició un incendio que arrasó las tiendas de campaña donde se encontraba la población desplazada. Este ataque resultó en la muerte de al menos cuatro personas y dejó más de 70 heridas, de las cuales 25 se encuentran en estado grave. En Nuseirat, una escuela de la UNRWA, que servía como refugio, sufrió un ataque similar con un número de víctimas que supera los 20, según informes preliminares. Además, se había planeado que esta escuela funcionara como centro de vacunación en la segunda fase de la campaña de inmunización contra la polio, que comenzó el mismo día, pero los daños sufridos han obligado a cancelar esta utilización. Louise Wateridge, portavoz de UNRWA, relató la angustiante experiencia de un colega que sobrevivió al ataque en el hospital, describiendo cómo el fuego se extendió rápidamente y cómo ellos mismos se encontraron al borde de l...