Ubicar el frigorífico en la cocina puede parecer una tarea sencilla, pero una correcta colocación puede influir significativamente en su eficiencia energética y funcionalidad. Elegir la ubicación adecuada no sólo permite un acceso más cómodo a los alimentos, sino que también puede prolongar la vida útil del electrodoméstico y reducir el consumo de energía.
En primer lugar, se recomienda situar el frigorífico lejos de fuentes de calor como el horno, la estufa o la luz solar directa. El calor adicional obliga al frigorífico a trabajar más para mantener su temperatura interna, incrementando tanto el desgaste como el consumo eléctrico. Además, es ideal mantener una distancia mínima de cinco centímetros entre la parte trasera del frigorífico y la pared, para asegurar una adecuada ventilación y evitar el sobrecalentamiento. Otro consejo importante es asegurarse de que la superficie sobre la que se coloca sea completamente plana y nivelada. Un frigorífico inclinado puede afectar el funcionamiento del sistema de refrigeración y comprometer la eficacia del sello de la puerta, lo que puede llevar a fluctuaciones de temperatura y mayor consumo energético.
El espacio circundante también es un aspecto clave a considerar. Es fundamental que las puertas del frigorífico puedan abrirse completamente para facilitar la limpieza, la organización y el acceso a los alimentos. Esto implica dejar suficiente espacio lateral y frontal. En algunas cocinas, puede ser necesari...