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Tres años antes de que Alemania invadiera Polonia en 1939, Adolf Hitler ordenó la construcción del mayor complejo turístico del mundo, ubicado en la isla de Rügen, la más grande del país.
Los nazis lo llamaron “Prora”.
Capaz de albergar a más de 20.000 personas al mismo tiempo, Prora estaba destinado al descanso del trabajador alemán que se agotaba en las fábricas durante las largas jornadas laborales.
Según el historiador y guía turístico Roger Moorhouse, también estaba pensado como un gesto de apaciguamiento al pueblo alemán, con el único objetivo de aumentar la popularidad de Hitler.
Pero entonces comenzó la Segunda Guerra Mundial y la construcción se detuvo. Hasta ahora.
En 1936, tras la Primera Guerra Mundial, Alemania estuvo inmersa en un concepto llamado “comunidad popular” o ‘volksgemeinschaft’, que consistía en que los alemanes permanecían unidos sin importar las circunstancias. PK/Flickr

Mientras que la policía nazi se formaba, la visión general de los alemanes era de esperanza. “Y aquí es donde Prora entra en acción”, comentó Moorhouse a Business Insider.
Recuerdos de Pandora/Flickr

Durante los próximos tres años más de 9.000 trabajadores erigieron un edificio con una colosal extensión de 2.7 millas de longitud (4.35 kilómetros) hecho de ladrillos y concreto. Su practicidad fue eclipsada por su grandeza. Moorhouse lo llama “megalomanía en piedra”.
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