En una tranquila calle del céntrico barrio de Salamanca, Madrid, se alza un encantador edificio de mediados del siglo XX. En su tercer piso, recientemente ha sido puesto a la venta un apartamento de 57 metros cuadrados que ha capturado la atención de los posibles compradores por su perfecta fusión de elegancia clásica y confort moderno.
Desde el primer momento en que se traspasa el umbral de la puerta principal, el apartamento revela una atmósfera acogedora y sofisticada. El recibidor, pequeño pero bien distribuido, conduce al salón donde los colores neutros y los materiales nobles se combinan de manera armoniosa. Con un parqué de roble envejecido y molduras restauradas en perfecto estado, el espacio evoca una sensación de calidez que invita a relajarse. El salón, con suficiente espacio para una zona de estar y un pequeño comedor, está iluminado por una gran ventana que permite la entrada de luz natural casi todo el día. Esta característica es aún más valiosa en un apartamento de estas dimensiones, pues dota de amplitud a un espacio que, de otro modo, podría sentirse reducido. La ventana, que conserva su carpintería original pero ha sido modernizada con doble acristalamiento, es un símbolo del equilibrio perfecto entre el pasado y el presente.
La cocina, aunque compacta, ha sido diseñada pensando en la funcionalidad y en el diseño contemporáneo. Equipadas con electrodomésticos de alta gama de acero inoxidable y superficies de cuarzo, las encimeras ofr...